CERCA DE TI
El derecho al agua supone el acceso de toda persona a agua suficiente, saludable, aceptable, accesible y asequible para uso personal y doméstico.
Hoy, la escasez de agua afecta a más del 40 % de la población mundial, y sabemos que no disponer de agua, en cantidad y calidad adecuada, provoca daños de desnutrición, riesgos severos para la salud y es uno de los principales motivos, después de los conflictos bélicos, de los movimientos migratorios. Se calcula que la escasez de agua podría desplazar a 700 millones de personas para el 2030.
Pero, además, el derecho al agua supone el uso eficiente de los recursos hídricos que tenemos, asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento, y proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua.
En Segovia, podemos y debemos redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar nuestro patrimonio cultural y natural. Hablamos de la cacera de San Lorenzo.
En Segovia, los usos tradicionales del agua han mostrado ser capaces de ser sostenibles, desde alianzas y acuerdos entre los pobladores (las comunidades). La pérdida de estos recursos hídricos y culturales supone una limitación a nuestra propia identidad: recordar que la cacera de regantes de San Lorenzo hunde sus raíces en el siglo XI y determina el urbanismo y la organización del territorio del valle del Eresma, cuya conformación histórica ha contribuido al Valor Universal Excepcional de la ciudad de Segovia, como parte esencial de su idiosincrasia y forma de ser.
Mediante la gestión sostenible de nuestros recursos hídricos, podemos también gestionar mejor nuestra producción de alimentos y energía y contribuir al trabajo decente y al crecimiento económico. Además, podemos preservar nuestros ecosistemas hídricos y su diversidad biológica, y adoptar medidas para combatir el cambio climático.
¡Tenemos que recuperar la huerta de San Lorenzo! Su riego es vital para esta recuperación. Aún estamos a tiempo: si no lo hacemos las generaciones futuras se lamentarán de la falta de sensibilidad de nuestra generación y de nuestra falta de compromiso.
Ubicación: calle Echar Piedra