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San Vicente de Paul:
La Asociación de Caridad San Vicente de Paúl fue fundada en Francia en 1617 por san Vicente, un sacerdote de una parroquia a la que llegaron noticias de una familia pobre y enferma que necesitaba ayuda. San Vicente pidió ayuda para la familia en el sermón y todo el mundo quiso colaborar; fue tal la avalancha que pensó organizar la caridad. Hizo una llamada y fundó la primera asociación: Damas de la Caridad, que con el tiempo fue evolucionando hasta las Hijas de la Caridad.
Hoy, el voluntariado de San Vicente de Paúl es seglar, hay una hija de la caridad representativa en cada grupo como asesora, para q no se pierda el espíritu fundador.
El movimiento llegó a España en el siglo XIX, hace más de 400 años, y en Segovia comenzaron junto al hospital de la Misericordia, que entonces era un hospital para caridad…
Maribel Escorial está al frente desde hace 40 años en la asociación como voluntaria, todos aquí son voluntarios, más de 50 voluntarios y colaboradores que acogen, escuchan, atienden, acompañan, asesoran y forman a todo el que lo necesita.
Tienen programas de entrega de alimentos y ropa; bolsa de empleo; formación para adultos; promoción de la mujer; apoyo escolar para niños; acompañamiento y visita a enfermos y mayores; y ayuda a refugiados.
Están en coordinación con los servicios sociales del Ayuntamiento, los CEAS de la Diputación y también con ACCEM, para atender a las personas que todavía no han entrado en los programas de refugiados.
Atienden a 30/35 familias, las conocen, saben cuántos miembros son; y reparten productos de primera necesidad: leche, aceite, legumbre, arroz, pasta, azúcar, harina, tomate frito, atún, galletas, huevos, fruta, patatas, zanahorias, verduras y una vez al mes cosas de limpieza e higiene…
A través de Solidaridad y medios (radio Segovia), espacio dedicado los miércoles para hablar con asociaciones y sus necesidades, SVP aprovecha para solicitar cosas específicas: una cuna, una cama, calzado, etc.
En palabras de Maribel, su voluntariado en la asociación «da sentido a mi vida; me siento útil, me motiva hasta cuando no me encuentro bien físicamente; viene gente decaída… si consigues q se vayan con una sonrisa y esperanza ya ha merecido la pena. Esto hay que vivirlo y sentirlo…”.
Ubicación: plaza de San Esteban